sábado, 19 de octubre de 2013

“TODO LO QUE NECESITAS LO LLEVAS DENTRO.”

Soy una auténtica cobarde. He tenido bastantes momentos en los que pude haberme sentado delante del ordenador y haber escrito aquí, para mí, para vosotros. Pero no me salían las palabras, no sabía cómo explicar todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Vivo al doble de la velocidad a la que estoy habituada, cada día es distinto al anterior, a pesar de que a ojos de cualquiera pueda parecer la misma monótona rutina día tras día, es tremendamente emocionante. He aprendido muchísimas cosas en este mes, tantas que si hiciera una lista, para cuando hubiera acabado ya me estaría volviendo a casa. Pero os contaré las que más me han marcado por ahora. La primera, he aprendido a vivir a base de momentos. A que ese medidor de mi felicidad interno se alimente a base de sonrisas, de guiños de ojo, de llamadas de teléfono, de coas inesperadas, de hacer sonreír a alguien: de esos pequeños detalles que en cualquier otro momento de mi vida no habrían supuesto nada fuera de lo común, son los que ahora suman a mi felicidad. Y este método es la única receta que conozco para ser feliz aquí. Cada uno tiene la suya, pues bien, he sido capaz de descubrir el secreto de la mía en un mes. “La diferencia está en los pequeños detalles”.

He aprendido también a tragarme las lágrimas, a no dejarles sobrepasar el borde del precipicio, porque ya sabéis, tras esa primera lágrima de impotencia el resto vienen seguidas, como un río, incansable, incesable. Así que trato de evitarlo, de ser más fuerte que el verbo echar de menos, de pensar en dónde estoy y porqué estoy aquí, este es mi año, este es mi sueño, no hay porque llorar. Con esto no quiero decir que no extrañe cada segundo de mi vida en España. Creo que sólo cuando estás en un lugar tan sumamente lejano de tu hogar, de tu vida, es cuando realmente aprendes a apreciarla. A apreciar cada matiz, cada detalle. Cada beso de buenos días, cada tontería, cada entreno, cada sonrisa, cada discusión incluso…la distancia me ha hecho ver que mi vida es realmente perfecta, mejor dicho, que es imperfectamente perfecta. No quiero pensar en el tiempo que falta para volver, porque ahora este es mi sitio, y los nuevos son mi gente. Puede que su cultura, forma de ser y de actuar e incluso de pensar sea distinta, pero como me dijo un día una gran persona, la vida está llena de cambios, y aquí gana el que mejor sabe adaptarse a ellos sin olvidar jamás quién es y de donde viene.

Dejando mi parte filosófica y sentimental a un lado, os cuento un poco cómo es mi día a día aquí, mi opinión sobre este lugar y esta gente, y esas cosas que si yo fuera vosotros me encantaría saber.  Mi High School es pequeño, unos 400 estudiantes aproximadamente; con lo cual todo el mundo se conoce y no tiene pérdida. Aquí las clases son las mismas y en el mismo orden cada día, yo tengo Precalculus, Biology, Weights, US History, EWU Chemistry que es como de nivel de college, y English. Entramos a las 7:50 y salimos a las 14:20 normalmente, porque los miércoles es “Early Release”, osea que salimos a las 12:30 y las clases son más cortas. Me llama muchísimo la atención que cada día, a primera hora, tenemos que decir como un himno a la bandera o algo así, con la mano en el corazón y mirando a ella. Es gracioso, porque luego te preguntan“cómo es tu himno a la bandera y te quedas como mmmmmm, no es que nosotros no tenemos de eso, JAJAJAJAJAJA. Es todo muy espíritu americano y eso, pero me gusta.LA COMIDA DA ASCO, DA ASCO. Mami, se que no se dice eso nunca, pero créeme que si estuvieras un mes comiendo lo que sirven en mi HS, dirías lo mismo. Cada día te dan a elegir entre sucedáneo de pizza, hamburguesa de hace 3 meses de color gris, ensalada de plásticos y brócoli crudo. Pero no eh, que para ellos es comida sana. Pero bueno, la cena que me preparan aquí lo compensa todo, es genial, porque estamos aprendiendo a cocinar juntos, los padres, yo y Eva.

 En lo que se refiere a las clases, la de Weights es genial, el profe nos hace un plan de pesas personalizado y cada día hacemos un aparato diferente, y luego ejercicios, es superdivertido. Pero lo mejor de todo son algunos viernes, normalmente cuando hay Home Game de football, que hay assambly. Es como en las películas, literalmente. Todo el HS se reúne después de clase en el gym, en las gradas. Hay un varios presentadores y presentadoras, y lo primero que hacemos es recitar de nuevo el himno a la bandera y justo después anuncian la clase (aquí clase es como todos los Juniors o Seniors, no hay A ni B) ganadora del Panther Spirit; que viene a ser la clase con más gente vestida con los colores del HS (rojo y negro) ese día. Luego siempre hay algún juego, hoy por ejemplo fue un karaoke colectivo, el otro día una pelea de gallos…siempre con un representante de cada clase y uno del staff.  Las cheerleaders hacen siempre una nueva actuación, y están animando durante toda la assambly. Es genial, realmete genial. Me encanta sentirme parte de algo, parte de mi High School, porque ellos lo viven, lo llevan dentro de verdad, y es algo que aunque no quieras se contagia.

En cuanto al deporte, buf…echo de menos eso de cansarme. De ir a Riazor y que al acabar de calentar Margot nos diga que hoy toca 10x300 y quejarme hasta la saciedad. Calentar hasta los surfistas, la plaza de Portugal, LAS VALLAS, MIS QUERIDAS VALLAS. Echo de menos botar un balón de baloncesto, tirar triples que no tocan aro, entrar a canasta, defender a muerte, perder los pases largos de Xiana, sonreír cuando alguna del equipo mete canasta. Echo de menos a toda la gente que forma parte de mi día a día allí. Pero a pesar de todo eso, me encanta mi equipo de vóley. Aquí te apoya muchísimo, aunque mandes el balón a el quinto anfiteatro siempre hay un “nice try!” en boca de alguien, y eso ayuda y mucho. El deporte en si es muy divertido, lo único es que eso, que nunca llego a cansarme. Pero no pasa nada porque señores y señoraaaas, en dos semanas desde hoy empieza el B A L O N C E S T O. No puedo estar más superhipermegaultra motivadísima. Es ver una canasta y coger cualquier cosa que pueda servir de balón y ponerme a jugar. Pero bueno, paciencia, poquito a poquito.

Mi familia es increíble, de verdad, son lo mejor. Hacen cualquier cosa por vernos contentas, son increíblemente generosos, de hecho, ahora somos tres chicas de intercambio en casa, Eva, Ebba de Suecia y yo. Son prácticamente mis hermanas, aunque seamos como polos opuestos. Siempre están ahí cuando necesito un abrazo, cuando tengo un mal día, para hacerme reír, darme consejos o simplemente llorar conmigo. Es divertidísimo todo con ellas, me siento increíblemente afortunada de vivir aquí. Hall
Bueno, espero que os hagáis una idea general de como me va por aquí, en resumen, soy feliz, soy muy feliz, y sé que esto va a ir aún a mejor. Gracias, y siento haber escrito tan tarde. En la próxima entrada os contaré como fue el Homecoming, y otros "cuentos de princesas". Os quiero.




























1 comentario:

  1. Es emocionante ver como estad madurando, lo duro es que lo haces lejos de mi... Te echo de menos...cada dia, pero creo que merece la pena. Te quiero mucho mi niña, disfruta.

    ResponderEliminar