lunes, 26 de agosto de 2013

"Que armarse de valor es el mejor escudo para hacerse fuerte"

Débil. Ahora mismo me siento débil. Me siento como una hoja de otoño en la calle, y me da la sensación de que en cualquier momento vendrá una ráfaga de aire y me arrastrará sin poder evitarlo. Me siento insignificante. Siento que este no es mi sitio, que jamás encajaré aquí, que la gente ya tiene su vida, este es su sitio, siento que si ahora mismo desapareciese, nadie notaría mi ausencia. Me siento como una hormiguita en un mundo de gigantes. Y todos estos sentimientos se convierten en lágrimas en segundos, lágrimas amargas, lágrimas de impotencia, lágrimas que resbalan sin quererlo por mis mejillas. Lágrimas de distancia, de que estoy a 8000 km de mi mundo, lágrimas de morriña, lágrimas de cobarde.

Me siento hipócrita. Siento que estoy malgastando un tiempo de oro, siento que no estoy aprovechando esta oportunidad, que estoy subida a este tren con los cinco sentidos dormidos, siento que no sé disfrutar. Pero sobre todo siento miedo.Y eso que prometí que sería valiente, pero creo que no puedo ser tan fuerte. Creo que todo esto me queda grande. Hoy fuí a mi primer entrenamiento de voley, y podría decir que todo fue genial, divertídisimo la gente super maja...pero no puedo mentir. Las chicas fueron...agradables, agradables sin más. Da la sensación de que son un grupo cerrado, un grupo de gente que se conoce de siempre, y creo que me va a costar mucho encajar. Tengo miedo de no hacer amigos de verdad aquí. Tengo miedo de no tener a nadie que me de un abrazo de esos que lo curan todo, alguien a quien contarle como estoy, alguien a quien poder ayudar, alguien a quien le importe tan siquiera un poquito. Tengo muchísimo miedo. 

Así es como me siento ahora, 20 días después de ese último "hasta pronto". Pero creo que lamentándome no voy a solucionar nada. Pensándolo bien, no hay nada que solucionar. Los problemas no existen. Son una realidad, y las realidades hay que afrontarlas, a poder ser con una sonrisa. Mañana es mi primer día en el High School. Que sí, que puede ser que hoy ha sido uno de los peores días, pero despúes de una cuesta arriba, siempre viene una cuesta abajo. Tengo dos opciones de afrontar mi realidad, y sé que no puedo seguir con la opción de llorar por lo que está al otro lado del océano, porque esto es muy difícil o porque quiero a mami y a papi. Sólo tengo una oción ahora, y esa es la de ser fuerte. La de ser yo misma, e ir haciendome un hueco en este nuevo mundo. La opción de ser positiva, la opcíon de enfrentarme a mis miedos. Y eso haré, mañana entraré por esa puerta con una gran sonrisa, me tragaré todas las lágrimas y seré fuerte, porque nadie dijo que esto fuera fácil, sino que merecería la pena intentarlo. Stay strong.


miércoles, 21 de agosto de 2013

"Solo confía en ti"

Cambios, cambios y más cambios. La vida está llena de cambios. Cambiamos de casa, cambiamos de coche, cambiamos de móvil. Cambiamos de cole, de amigos, de planes. Nosotros mismos cambiamos. Hoy tengo miedo de mirar adelante. Tengo miedo de lo que va a pasar, tengo miedo de cambiar, de entrar en ese mundo tan gris, de crecer derrepente. No quiero cambiar. Quiero volver a mi casa siendo la misma que salió por la puerta el 6 de agosto. Quiero que mi mundo siga tal y como lo dejé, quiero que se pare el tiempo. Quiero un botón de reiniciar, por si acaso las cosas no van bien. Pero ese botón en la vida real no existe. Pero dicen que el que no arriesga no gana. Cierto es que tengo mucho que perder, pero tengo aún más cosas que ganar. Tengo una nueva vida aquí, mi aventura por delante. Y tengo mi vida, y sé que lo esencial seguirá en su sitio cuando vuelva. No hará ni falta el botón de reiniciar, porque aunque todo cambie, sé que seguireis ahí siempre.

Por aquí todo va bastante bien. Semana previa a el comienzo del High School. Papeleo, y más papeleo. Este año jugaré al voley, al baloncesto y haré cross country; lo más parecido al atletismo que encontré. Y tendré el mismo horario todos los días del año. Qué aburrido, diréis. Puede que si, pero si os digo la verdad es otra aventura más. Una vez alguien me dijo que la mayor aventura era la rutina. Ni exploraciones en la selva, ni escalar el Everest, nada más duro rutina. Me gustan las aventuras, así que creo que podré con esta. Mi familia es realmente encantadora. Creo que no me podía haber tocado una mejor. Hacen todo lo posible por vernos sonreír. El otro día fui a mi primer partido de beisbol. Fue genial, ponían canciones todo el rato, y la gente animaba constantemente. También fui a la fair, como le llaman aquí a la feria/fiestas del pueblo. Es una mezcla entre una granja gigante y un parque de atracciones. Para que os hagais una idea, un olor así como mezcla entre algodón de azúcar y cuadra. Pero fue divertidísimo, las atracciones ganan mucho si vas con dos niños de seis años.

 Poco a poco, voy descubriendo los secretos de la vida americana. Viven como en otro mundo. Son felices comiendo una cheeseburger en el coche (teniendo una nevera repleta de comida y una casa con un comedor). Su secreto de la felicidad es el día a día. Ojalá fuese tan fácil, ¿no? Para ellos lo es, creen en eso de que la felicidad se encuentra en los pequeños detalles. Me gusta esta filosofía, me gusta como plantean su rutina. (Con esto NO quiero decir que me esté empezando a gustar la fast food, lo prometo) Me gusta mi nueva vida, y lo mejor es que está todo por vivir. Adelante, pasito a pasito, buscando el equilibrio.













miércoles, 14 de agosto de 2013

Carpe diem

Una semana increíble, una familia increíble, un lugar increíble. Seaside, Oregón. Todo ha ido a pedir de boca esta semana. Mi experiencia en USA no podía haber empezado mejor. Volleyball, playa, relax, correr descalza por la arena, castillos de arena o sandcastles como les llaman por aquí, ir a hacer una expedición "a ver que hay al otro lado" con Eva y perdernos en un intento de selva...ha sido genial, La familia es genial, se portan super bien conmigo. Lo único malo es la comida. Fast food everywhere. Sí, estaba en lo cierto aquí las distancias no se miden en millas, sino en McDonalds. Es difícil, pero trataré de seguir una vida sana estos 10 meses. Me gustan los retos.
En cuanto a la morriña, la llevo bastante bien. Me gusta recordar, ir a mi caja de los recuerdos y sacar esos momentos buenos, esos que nunca olvidaré y cerrar los ojos. Pero también me gusta vivir mi realidad, y mi realidad ahora es esta. Es Kennewick. Me prometí disfrutar, solo disfrutar, y eso haré. Por ahora, estoy cumpliendo mi cupo de sonrisas diarias. El miedo no se ha atrevido a acercarse con tanta sonrisa suelta. Me gusta pararme a pensar y darme cuenta de que esta experiencia es única, que ese paseo en la playa, esa expedición a la selva, esa puesta de sol son mías, y a partir de ahora estarán en mi caja de los recuerdos para siempre. Me gusta esta nueva vida al otro lado del océano. Y me gusta, sobre todo, porque sé que mi mundo sigue ahí, esperándome, y seguirá ahí cuando vuelva. Carpe diem.

















"Que la curiosidad sea más grande que el miedo"

¡Hola a todos! Siento no haber escrito nada desde que estoy en USA, la verdad es que ha sido una semana muy ocupada.Esta entrada será un poco describiendo como ha sido todo desde el 6 de agosto, muy resumido. Empezaré por contaros  como fue la experiencia en NYC y el viaje a Kennewick. Pues bien, si os digo la verdad no pude alucinar más con la ciudad de la gran manzana. Es literalmente impresionante. Edificios altísimos, tiendas por todas partes, gente de todo tipo...caminar por esas calles era como ser el protagonista de una de las millones de pelis que se han rodado allí. El Empire State fue lo mejor de todo. Una vez en el piso ochenta y cuatro sientes como si fueras el rey del mundo...puedes ver absolutamente todo, y lo más increíble es que tu vista no alcanza a ver dónde acaba la ciudad. El tour se hizo corto, pero aún así fue genial. Fue una tarde como de evasión, como de "no quiero pensar qué va a pasar mañana cuando me baje del avión". Y llegó la noche...después de que nos dieran los billetes de avión y todo lo necesario para poner rumbo a nuestras nuevas vidas, me fui a la cama. De repente, un millón de dudas, miedos, realidades e inseguridades comenzaron a asaltar mi cabeza, transformándose en una oleada de lágrimas imposibles de parar. Pero, me dije, por que llorar? Y recordé una frase que una gran persona me dijo, "que la curiosidad sea más grande que el miedo". No lloré más, simplemente cerré los ojos, a la espera de ese avión que me llevaría hacia una nueva vida, lejos de todo lo que antes era mi mundo.







domingo, 4 de agosto de 2013

No le llames adiós, llámale hasta pronto.

Odio las despedidas. Esos momentos en los que sea por la razón que sea toca marcharse, cambiar, irse. Muchas veces es para no volver, pero afortunadamente en mi caso es un adiós que caduca en 10 meses. 316 días suenan a mucho tiempo. Mucho tiempo lejos de todo lo que me rodea. De todo lo que me ha hecho ser como soy. De mis amigos, de mi familia, de esa gente que está ahí siempre, cuando les necesito. De los que habéis crecido conmigo, lejos de los que me habéis ayudado a enfrentarme a la dura realidad de los días tristes, lejos de esos minutos de reír hasta que me dolía la barriga, lejos de esas veces en las que me animabais a sonreír pasase lo que pasase, lejos de esas manos que cuando me caía me levantaban, lejos de todo lo que conozco y me hace feliz. ¿Miedo? Quizás sí. Miedo a lo desconocido, a no encajar, miedo a tener miedo, miedo de volver y que todo haya cambiado, miedo de ser yo la que cambie...mucho miedo. Pero el miedo no me asusta. Estará ahí, intentando quitarme la sonrisa, intentando llenar mi cabeza de dudas e inseguridades pero juro que no le dejaré pasar. Que le ganaré la batalla día tras día, porque se que al final habrá merecido la pena. Sé que al principio será duro, que tendré que ir dándome a conocer, tendré que explorar lo que va a ser mi mundo para los próximos diez meses. Pero no pienso tener miedo. Porque aunque haya días malos al otro lado del Atlántico, que los habrá; miraré hacia atrás y recordaré todos vuestros apoyos, abrazos, besos y te quieros. Porque posiblemente yo sola no pueda con el miedo, pero vuestro recuerdo siempre estará en mi cabeza. Y sé que eso me hará fuerte, sé que podré con todo lo que me haga sentirme mal allí. No cabe duda alguna de que juntos podremos cambiar lágrimas por sonrisas. Gracias a todos los que bien llorando, riendo o cantando os habéis despedido de mí, y recordad que no es un adiós, si no un hasta pronto. 1 día. 








sábado, 3 de agosto de 2013

Cuando todo empezó.

¡Hola a todos! En esta primera entrada en mi blog me gustaría contaros un poco como llegué al punto en el que me encuentro actualmente, a tan sólo dos días de despegar rumbo a una nueva vida y porqué decidí en su momento embarcarme en esta aventura que supone para mí un año en E.E.U.U.. Todo empezó a comienzos de cuarto de la ESO cuando mi madre me comentó la opción de pedir una beca para irme a estudiar fuera, y por supuesto dije que si, que sin ninguna duda. Lo dije tan consciente y sensatamente como cuando le damos a ese botón de "Acepto las condiciones" sin leer absolutamente nada. En ese momento el año que viene sonaba a futuro demasiado lejano como para pararse a pensar, y no le dí mucha importancia al tema. El día 23 de noviembre de 2012 me dijeron que estaba preseleccionada para una prueba de inglés y entrevista el día 14 de diciembre en la sede de la fundación Pedro Barrié de la Maza. Ahí fue cuando realmente empecé a ver esa posibilidad de una nueva vida lejos de aquí, lejos de casa, de mi familia, de mis amigos...lejos de todo lo que me rodeaba por aquel entonces. Pero llegué a ese examen ilusionada, emocionada, exasperada, nerviosa...quería ir como fuera, sabía que era una oportunidad que no podía dejar pasar, que esta beca era uno de esos trenes que solo pasan una vez en la vida. Y una vez allí dentro, los nervios se fueron, y me mostré tal y como era. Me sorprendí muchísimo de lo segura de mi misma que estuve en las entrevistas, porque en los momentos antes de entrar en aquellas salas, mi cabeza era tal amasijo de nervios que dudaba hasta de mi capacidad para formular una frase entera con sentido completo. Salí de la fundación con una sensación increíble, parecida a esa que tienes cuando acabas un gran castillo de arena, o como cuando acabas un partido en el que te lo has dejado absolutamente todo en la pista. Me sentí realmente orgullosa de lo que me había esforzado, y dejé el resto de trabajo al tiempo. No os podéis imaginar lo lentos que pasaron esos 21 días. La espera fue larga y angustiosa, pero valió la pena. Fueron unas Navidades extrañas, unas Navidades que aproveché al máximo por aquéllo de que el año que viene igual no habría unas iguales.Un fin de año en el que nadie sabía a quién estaría abrazando y felicitando el 1 de enero del año siguiente. Una gran duda en mi cabeza, que se resolvió por fin el día 4 de enero de 2013. Me acuerdo de ese día como si fuera ayer. Iba de camino a mi entrenamiento de atletismo, y la lista salía a las 12:00. Mi madre, mi padre, dos amigas y yo en un bar, actualizando la página cada segundo. 12:03, nada. 12:05, más de lo mismo. Me fui a calentar, con el móvil en la mano esperando la llamada de mi madre. Nervios, muchos nervios. Sonó el teléfono y no lo quise coger. Me hice fuerte y pulsé el verde. "¡CARIÑO, QUE TE NOS VAS!" Gritos, sonrisas, felicidad, lágrimas, alegría...así es como transcurrió el resto de ese gran día en el que supe que mi aventura americana no había hecho más que empezar.