¡Hola a todos! Siento no haber escrito nada desde que estoy en USA, la verdad es que ha sido una semana muy ocupada.Esta entrada será un poco describiendo como ha sido todo desde el 6 de agosto, muy resumido. Empezaré por contaros como fue la experiencia en NYC y el viaje a Kennewick. Pues bien, si os digo la verdad no pude alucinar más con la ciudad de la gran manzana. Es literalmente impresionante. Edificios altísimos, tiendas por todas partes, gente de todo tipo...caminar por esas calles era como ser el protagonista de una de las millones de pelis que se han rodado allí. El Empire State fue lo mejor de todo. Una vez en el piso ochenta y cuatro sientes como si fueras el rey del mundo...puedes ver absolutamente todo, y lo más increíble es que tu vista no alcanza a ver dónde acaba la ciudad. El tour se hizo corto, pero aún así fue genial. Fue una tarde como de evasión, como de "no quiero pensar qué va a pasar mañana cuando me baje del avión". Y llegó la noche...después de que nos dieran los billetes de avión y todo lo necesario para poner rumbo a nuestras nuevas vidas, me fui a la cama. De repente, un millón de dudas, miedos, realidades e inseguridades comenzaron a asaltar mi cabeza, transformándose en una oleada de lágrimas imposibles de parar. Pero, me dije, por que llorar? Y recordé una frase que una gran persona me dijo, "que la curiosidad sea más grande que el miedo". No lloré más, simplemente cerré los ojos, a la espera de ese avión que me llevaría hacia una nueva vida, lejos de todo lo que antes era mi mundo.
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